Meditación activa: Mueve el cuerpo, calma la mente

Un hombre caminando por un camino de tierra con una mochila

¿Qué es la meditación activa?

La meditación activa es una práctica que combina movimiento físico con atención plena. En lugar de inmovilizarte, esta técnica te invita a liberar la energía acumulada en el cuerpo para luego alcanzar un estado de calma interior.

Es ideal para quienes sienten inquietud al meditar en silencio o buscan una práctica más dinámica y corporal.

Beneficios de la meditación activa

  • Libera tensiones físicas y emocionales acumuladas.

  • Calma la mente a través del movimiento consciente.

  • Mejora la conexión entre cuerpo y mente.

  • Aumenta la energía vital y la sensación de bienestar.

  • Favorece el flujo emocional y la expresión auténtica.

Ejemplos de prácticas de meditación activa

1. Caminata consciente

Camina lentamente, prestando atención a cada paso, a la sensación del suelo bajo tus pies y a tu respiración. Es una forma sencilla de meditar en movimiento.

2. Danza libre

Pon música suave o enérgica y permite que tu cuerpo se mueva libremente, sin coreografía ni expectativas. Siente cada movimiento y suelta las tensiones con cada gesto.

3. Ejercicios de sacudida corporal

De pie, comienza a sacudir suavemente todo el cuerpo: brazos, piernas, hombros, cabeza. Esto ayuda a liberar bloqueos energéticos y preparar el cuerpo para un estado de calma.

4. Yoga consciente

Practica una serie de posturas de yoga enfocándote en la respiración y las sensaciones corporales. No busques perfección, solo presencia en cada movimiento.

5. Respiración en movimiento

Coordina movimientos suaves con la inhalación y la exhalación. Por ejemplo, alzar los brazos al inhalar y bajarlos al exhalar.

Cómo comenzar una práctica de meditación activa

  1. Elige un espacio donde puedas moverte libremente y sin distracciones.

  2. Dedica entre 10 y 20 minutos a la práctica.

  3. Sintoniza con tu cuerpo y permite que se exprese sin juicio.

  4. Cierra la práctica con unos minutos de quietud, sentado o acostado, para integrar la experiencia.

Conclusión

La meditación activa nos recuerda que el movimiento también puede ser una puerta hacia la calma. A través de estas prácticas, no solo liberamos la mente de su ruido constante, sino que también honramos al cuerpo como un aliado en nuestro camino de autoconocimiento y bienestar.

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